jueves, 18 de mayo de 2017

Señora que narra su dieta


Viernes de esperanza. Los viernes son verdes. 
Voy en bici al trabajo pero como ya es casi verano me pongo una chaquetilla de escaso grosor, de estas de hacer deporte.
Temperatura a las 7: más frío que alicatando un iglú. ¡Dita sea! Mira que tuve la rebequita en las manos...
Nota mental: no fiarse del lema "Ya está aquí el verano". Da más confianza "Hasta el 40 de mayo..."
Total, que llego al trabajo con moquillo y escape lagrimal.
Ejercicio semanal: progresa adecuadamente. 4 bicicletas, 2 levantamientos de bolsas del Día, 4 flexiones al echar el wiskas al gato y 5 torsiones al volverme cuando me llamó el productor. Estoy hecha una atleta.
¿Y cómo va la dieta señorial llamada así para patentar la Dieta de la señora?
Bueeeeeeno... ahí vamos
Esta semana le he dado uso a la plancha. Pechuga a la plancha, setas a la plancha...
Por cierto, la pechuga a la plancha no sabe a ná de ná... 
Algún diablo malévolo y tentador se dejó un bote de mayonesa en mi nevera y no sé cómo le cayó una cucharadita sobre la pechuga. Pero muyyyy poquita.
Pero las setas me las he comido a pelo, ¿eh? Sólo seta con sabor a seta.
Y las cenitas frugales, frugales. Una tapita de arroz y el yogur activia para el tránsito.
Digo yo que una talla ya abré perdido...

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