miércoles, 25 de junio de 2014

Señora que va a trabajar en el bus



Me levanto con desgana. Los cambios climáticos, las ganas del parón veraniego o yo que sé, pero tengo un cuerpo serrano que da grima. No puedo con mi alma. 
Menos mal que hoy no voy en bicicleta porque tengo que comprarme una maleta. Bonito pareado, digno de Espronceda.
Hoy voy en bus. Subo y ficho con un bonobus raquítico que apenas si cubre los gastos. 
Las caras de los ciudadanos a esta hora son un asco. No hay make up que tape la necesidad de un par de horas más de sueño. 
Me siento en una localidad holgada y me pongo los cascos. A ver si un poco de música me va activando. Me gusta darle al "aipod" al tuntún y escuchar la primera que salga. 
¿Lady Gaga? ¿Shakira? ...... noooooo!!!!!
El gran grupo tecno de antaño:
¡Mocedades! ¡Subidón!
Qué música!¡Qué letras!
Dice así: "En la plaza vacía nada vendía el vendedor".... Visionarios, que son unos visionarios de la época. Que veían ya entonces, la ruina que se nos avecinaba.
"y aunque nadie compraba, no se apagaba nunca su voz".... ahí, ahí, con entusiasmo, con perseverancia, hasta la afonía y más allá.
"voy a poner un mercado entre tantos mercaderes".... empezamos mal. Uno más...
"para vender esperanzas y comprar amaneceres"..... mmmm, bueno, no sé a como cotizan las esperanzas. Pero si encima la cosa va de compra venta, espero que los amaneceres sean más baratos. Yo amaneceres le puedo vender unos pocos. 
"para vender un día la melodía que hace al andar".... uy, esto va de esos zapatos que van haciendo ñigui-ñigui, como los de los chinos. Menos mal que sólo es oferta de un día, que si no, vaya banda sonora.
Más adelante hacen otra oferta:
"voy a ofrecer por el aire las alas que no han volado".... producto defectuoso, eh? ¡ay pillines! 
Y ya se vienen arriba cuando dicen:
"vendo en una cesta el agua y la nieve en una hoguera".... que vale, que si hay que pagar la bolsa se paga. No hace falta ponerse bordes.
"tú eres el que ha pasado, el que ha llegado y el que vendrá" ...total, el mismo. Otra vez visionarios. La realidad empresarial, que no contratan a nadie y el pobre tiene que hacer doblete o en este caso triplete.
Acaba la canción y llego a mi destino. 
No sé si venden maletas pero creo que a estos mozos no se la voy a comprar. 

martes, 17 de junio de 2014

Señora que tiene un superhermano

El día que abren la piscina de la urbanización es el día que inauguramos la temporada estival. Suele coincidir con la llegada de mi hermano mayor y family, que me visita una vez al año. 
Mi hermano mayor es como aquel papá del anuncio, que loarreglaba todo, todo y todo. Un superhéroe ataviado con calzonas y chanclas, y con un amenazante destornillador en la diestra.
Llego a la casa, le saludo y nada más empezar a narrar la lista de desperfectos él ya va por delante. 
- "La cisterna de abajo está averiada..."
- "Ya la arreglé"
No es posible, pienso, si llevo casi un año con la avería. No me lo creo, así que digo, "ay que me hago pis".
Y sí, efectivamente, voy al baño y ahí está, perfecta, sin perder ni una gota.
Y superhermanomayor no viene solo. Trae pareja, mi supercuñada, que podría ser perfectamente la diva del anuncio de una bebida energética. 
¡Qué pareja! Son pura fibra, nada se le resiste. Son el anti yo....
Un lujo tenerles por aquí aunque sea una vez al año.
Y encima para colmo, me traen viandas de la tierruca.....

viernes, 6 de junio de 2014

Señora que pasea al atardecer



Cuando llega el buen tiempo me gusta dar paseos por la orilla del mar.
Descalza, para que las arenillas limen los callos. La gente en los spas paga por eso. Y por otras cosas, como caminar descalzos por piedracas. Hay que ver....
De pequeña yo iba al río, porque en mi pueblo no había mar, había río y el día que se te olvidaban las zapatillas de plástico veías las estrellas. Imagino que en los spas meterán piedras bien limadas, no como las del río de mi pueblo, pero vamos, que no acabo de verle el gusto a caminar sobre rocas.
La playa es otra cosa. Y lo ameno que se hace el paseo.
Hoy, cosa curiosa, parecía el día de los fotógrafos. 
Primero me encontré la típica imagen de novios a la orilla del mar. 
El fotógrafo con ellos, esperaba la romántica puesta de sol mientras los tortolicos se deshacían en carantoñas. Todo muy emotivo. 
Ella levantaba su vestido, rico en tules y encajes con gesto lánguido y su presunto esposo acariciaba embelesado la flor de tamaño sandía que ella lucia sobre la oreja izquierda. 
El fotógrafo les dirigía, muy profesional, aunque hay que decir que los modelos se lo ponían fácil.
Seguí caminando y a escasos metros me encontré con otro reportaje, más de cercanías. 
Aquí la novia era de menor tamaño, una niña envuelta en lo que momentos antes habría sido su vestido de comunión. 
Posaba para su supuesta madre, tía o vecina, ante la atenta mirada de otra familiar. 
Lo de posar es un decir. 
La niña, entradita en carnes, arrastraba un vestido lleno de perifollos, completamente empapado. Parecía una muñeca repollo. La imagen era cualquier cosa menos atractiva. 
El otrora blanco inmaculado del vestido, se había transformado en color lodo. 
La fotógrafa, también muy profesional, daba órdenes a grito pelado a la pequeña Kate Mosh, que empezaba a tener auténticas dificultades para moverse con el peso del faldón.
- Paquiiiii, hija muévete, que se nos va el sol. ¡Qué caraja tienes chochoooo!
- Ya está cansá - apuntaba la tía, viendo que la cosa no daba para más. 
- Cansá ¿de qué? Pero si lo único que ha hecho es sentarse. ¡Paquiiiiii! ¡Venga, juega con el agua o haz algo! 
La rolliza Paqui chapotea con desgana. Tiene hambre. Reclama un bocadillo. Por el posado.
La miro mientras me alejo y a contraluz se me asemeja un elefantito en una charca. 
Vuelvo a casa impregnada de romanticismo y ternura.
Ains, lo entretenida que es la playa....