Con esta imagen me iba anoche a la cama. Así es la vida. Unas se van con un buen mozo, otras con lo que le haya tocado en suerte... o en desgracia, otras pasan directamente de la cama y se van de juerga, y alguna rarita se va con una imagen.
Vaya rollo que he soltado para decir que de lo visto anoche me quedo con este muchacho, siempre cuestionado y vapuleado, pero siempre callando bocas como mejor sabe. Y batiendo récords.
Siempre Messi. Sos grande, pequeño....
También estaba el pequeño Nicolás, que me mantuvo despierta hasta la 1, con esa cara de angelote de Murillo hablando de sus reuniones con el CNI y la Casa Real.
¡Viva España!
No suelo poner Telecinco, pero había tanto cachondeo en el Twitter que al final, como a muchos, me hizo picar.
Fue un ratito.
Tampoco es que yo aguante muchos asaltos de pseudo periodismo.
La verdad es que tanto misterio terminó por aburrirme, y el anuncio de que a continuación venía Mariló Montero, y por tanto el circo subía de nivel, acabó con mi interés.
Pero es curioso ver un personajillo de 20 años disparando audiencias sin apenas decir nada.
Los periodistas no dieron la talla, mejor que se dediquen a otra cosa.
Entiendo que Pablo Iglesias decidiera cederle su silla a Mariló y sus selfies.
Y ante este esperpento nacional entenderéis, niños y niñas, que la imagen que me lleve a la cuna sea la del otro pequeño.
El que anoche en vez de un selfie con Mariló se llevó una pelotita de recuerdo de una noche histórica.
El pequeño más grande.