sábado, 9 de julio de 2016

Señora que tiene veneno en la piel


Día 9 y sábado
Llevo solo 5 días de vacaciones y ya me he quemado de la forma más tonta. 
Me fié de que las nubes harían de filtro protector factor 50 y naranjas de la China.
Las nubes quedan muy bien como visillos pero como porteras son una mierda, porque a los rayos chungos los dejan pasar.
Total, que llevo dos días mordiendo las uñas para no rascarme, acercando la espalda a cualquier superficie fría y aplicando ungüentos, aloe vera y cataplasmas. 
Y es que os imaginaréis que tengo la espalda como un sueco a punto de ebullir, pero no es así.  
El sol es un veneno para mi. Con un poquito basta. Soy una geisha de piel delicada y nívea. Una Nicole Kidman de alabastro. Un coñazo a fin de cuentas.
Aparte de mis problemas en la dermis, los días transcurren con placidez. 
Todo muy sencillo, muy relajante como corresponde.
No tengo agenda, ni despertador. 
Como cuando tengo hambre y duermo cuando tengo sueño.
Busco el silencio cual monje benedictino, ardua tarea viviendo en ciudad costera,
huyo de la gente, por mi naturaleza antisocial y me rodeo de plantas, de libros y de gatos.  
¡Qué tía más rara!
Es lo que hay.

lunes, 4 de julio de 2016

Señora que paga los excesos


Día 4 y lunes
Aún con secuelas del festejo. 
He estado el finde con molestias en la ventresca. Qué malo es el alcohol... 
Ahora mimmo me contaba una compañera que ella vomitó el sábado de madrugada cual modelo bulímica y me cogía la mano para que palpara sus abdominales, firmes y duros, que ya quisiera el Ronaldo ese para sí.
  - Así se me han quedao después de toda la noche de levantera.
Menos glamurosa fue la noche para otro compi que en vez de vomitar por arriba, lo hizo por otras vías de emergencia. Barriguita suelta, que se dice.
Conclusión, que la edad no perdona, y en el próximo ágape sería bueno anexar a la primera consumición un paquetito regalo con Almax, Primperán, Nolotil y Tenaleidi, se me ocurre así a bote pronto.
Por no hablar del dolor de pies... 
Solo decir que al día siguiente del evento laboral tenía en la agenda otra gala, y puedo prometer y prometo que hice la intención de asistir. 
Vamos, que hasta me compré un vestido azul con roetes monísimo y llegué a pasar por chapa y pintura. Pero según se iba acercando la hora, el sofá empezó a hacerme ojitos, la tele se encendió de repente, Buffon me echó una miraíta, el estómago me dio una punzada recordatoria de anteriores excesos, los tacones me trajeron a la mente la maldición de la bruja a la sirenita de Andersen.... total, un desastre.
Es que no puede ser...

sábado, 2 de julio de 2016

Señora que no tiene el cuerpo óptimo tras un ágape



Julio. Día 2 y sábado
En este hermoso día veraniego en el que muchos suertudos se activan en modo vacacional, yo vengo a trabajar ojerosa y con un cuerpo infame.
Y aprovecho para expresar un rotundo "No a las bebidas espirituosas".
Ayer tuve un evento. Se nota. Un ágape de despedida al señor que nos capitaneo durante algunos años, y ya se sabe lo que pasa en estos saraos.
Hay una serie de aviesos camareros que se pasean con sus bandejas cargadas de licores, cual serpientes de paraíso. Y tú te resistes, un poco, pero ya dijo el sabio Ohm que la resistencia es inversamente proporcional al flujo de camareros que deambulen por la sala.
Total, un desastre.
Yo diría también, llegados a este punto, que la resistencia corporal es inversamente proporcional a la carga de vasos e incluso a la edad del sujeto en cuestión. No sé cómo yo suspendía la física.
Estuvo bien, el ágape, multitudinario, todo el mundo limpito y escamondado, algunos con traje de noche , algotros con bermuda y chanclas, porque no había una nota instructora que precisara el nivel de gala del evento, así que se instauró el libre albedrío.
Yo elegí para la ocasión un vestido volandero en gasa segoviana, color melocotón macerado, salpicado de traviesas adelfas y brochazos de infante de primaria. Muy apropiado.
Me gustó que el avituallamiento fuera en pie, porque así puedes ir a la deriva, vaso en mano, de conversadera en conversadera, mientras la camaradería te rodea ofreciendo ora una tosta de fua y compota de manzana reineta, ora un crujiente de puerro envuelto en salsa kataifi...
Que en esta zona se habla de bebés que te despiertan a horas intempestivas y problemáticas similares, pues enfilas con tu vaso hacia otro puerto. Ya digo, muy recomendable lo de la movilidad geográfica.
Fue pasando la tarde, entre risas y flautas, y la bandeja de postres trajo el paso al copeteo.
Y claro, ¿dónde va Vicente?... donde va la gente.
No sé como vino a mis cándidas manos el primer gintoni, pero luego pasó como en las bodas de Caná, que mi copa siempre estaba llena, ay señor...
Y de aquellos polvos vinieron estos lodos...
Sirva de ejemplo la instantánea que orna esta crónica. 
Señora con centro de mesa en equilibrio sobre la testa. 
Lo típico, vamos...