viernes, 13 de diciembre de 2013

Señora que pone el árbol


Voy un poco atrasada en esto del ornamento navideño. Yo que era de las que, en llegando estas fechas me ponía el abrigón y el gorro de bola, cogía el hacha y salía bajo la ventisca en busca de un buen abeto. Pero el sol gaditano no motiva a desenterrar el hacha.
Mi hermana burgalesa manda por el "guasa" foto de su arbolico.

Muy mono, en verde clásico, con estrellitas y lacitos color caldo de ave y blandiglub.
A juego con los sofales y la batamanta. 
El pie de árbol no atisbo a ver de qué se trata, aunque se asemeja a una bolsa de basura deconstruida. 














En la foto de la derecha, vemos el árbol de mi hijita. No nos lo ha puesto fácil la muchacha. Voy a por las gafas de cerca....
Bueno, pues está claro que es un árbol de raza albina, muy nórdico, también en consonancia con puertas y paredes.
Predominan los tonos fríos, azulados y liláceos. 
En este, la estrella se alza con más poderío y todo el árbol en sí, es más grande. 
El pié de árbol son los paquetitos de regalos, probablemente más vacíos que mi cartera. Muy papanoelesco.






Ambas dos me instan a que saque del altillo a mi pequeñajo, al que familiarmente llamamos "el cono" o Arbeloa. Antes de él tuvimos uno que compré en el Prycafur, de estos plegables. Cuando los niños eran niños, en el puente de la Constitución dedicábamos un día a expandir sus ramas y colgar parsimoniosamente las cintas, angelicos, lazotes, bolas y demás floripondios. Luego, esas bolas servían de juguete a la gata durante todas las fiestas. 
Ahora que no hay niños ni tiempo, hacía falta un árbol cómodo, fiable y rápido. Y así conocí el práctico árbol-cono. Se coloca en cualquier parte, sencillo de manejo. 
La misma estrella que lo corona sirve de asa. Se pone en un pispas y se quita en otro. Apenas ocupa. Es ideal. Un poco famélico pero en estos tiempos de austeridad queda estupendo. La estrella-asa está un poco inclinada para transmitir la inquietud que tenemos en nuestro interior, desde que el año pasado no cobramos la extra. No hay pie de árbol, ¿para qué si es un árbol errante? Pero es dorado cual burbuja de Freixenet y reina desde ya en el pico de la mesita de poner los pies. 
Ea, helo ahí....


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