Ya domingo. El finde da poco de sí. He tenido una semanita de armas tomar y ahora el trabajo en casa se me amontona.
Empecé el lunes con visita al galeno,
- "¿Qué tenemos aquí?... Vaya, una subida de tensión."
¡Alegría, alegría! Este es el típico regalo que me suelen mandar en vísperas de mi cumpleaños. Me pasa desde que superé el medio siglo.
Empezaron mandándome un tiroides defectuoso, luego que si unos gramos demás que se encariñaron con mi cintura, al año siguiente un paquetillo de colesterol y este año, como están de moda las eléctricas me mandan una subida de tensión. Así son, a la última.Y cada vez más adelantados, ya ni esperan al cumple. Y la entrega, como si la hiciera el Correcaminos. En esto Correos funciona de escándalo.
Pues nada, recibido y habrá que hacer una ampliación del pastillero...
Ese lunes en el curro me esperaban con un horario "adaptado" a mi raquítica salud. Turnos eternos para suplir ausencias que ya no se llenan con contratos y que me produjeron otra subida de tensión, en este caso dialéctica con la diseñadora de los cuadrantes. Mala leche contenida, que sube y se derrama al calor de las migrañas, mareos y un cuerpo que pedía sofá en vez de postproducciones y estres informativo.
Afortunadamente, a mitad de semana, y cuando estaba a punto de tirar la toalla y hasta el albornoz, las pastillitas empezaron a hacer su efecto milagroso y desaparecieron los mareos y poco a poco pude dejar de reptar y volver a ser una mujer "erecta".
El tiempo pasa y la semana con él. Me harían falta otro par de días de asueto para poner al día mi hogar y mis circunstancias, pero habrá que estirar el domingo.
Qué buen invento, este del domingo...
Míralos qué contenticos se les ve. Se acaban de enterar que la nueva concesionaria de la cafetería del Congreso de diputados mantendrá los gintonics a 3,45 euros. Normal que tengan esas caras. Mira que si les toca pagar lo mismo que a un ciudadano de a pie..., con lo austero que es el sueldo de un congresista. Pobriños...
Si hasta le tienen que dar una ayudita para alojamiento, de 1800 euros, que ellos guardan con ansiedad en el monedero, incluso los que tienen el pisito al lado del curro, No es mucho, pero una ayuda siempre es bien recibida en estos tiempos de ruina que nos ha tocado heredar.
Con Arturo, el anterior mesonero todo iba de escándalo. Menús, desayunos y cubatitas a precio módico. Ya, lo que faltaba, lo ponían los fondos públicos, que para eso están. Y cuando algo va bien no hay que cambiarlo. Es como el salario mínimo; si ya están acostumbrados a vivir con 600 euros, cómo lo vas a equiparar al de los franceses que está por los 1400. Seguro que ese desequilibrio, así de golpe no es bueno.
Aquí, después de pasar el momento de cabreo del populacho, cuando la canallesca hizo público que había que financiar la cogorza de sus señorías con fondos públicos, había que mover ficha. Se cambia al dueño y muerto el perro se acabó la rabia.
Todo seguirá igual con distinto muñeco.
Sólo serán 4,2 millones más IVA lo que tendrán que aportar los ciudadanos de sus impuestos. Pero, ¿y lo alegres que van a ser esas sesiones?
Pues eso, el gintonic subvencionado, hasta el 2017.
Primer día del año y trabajando. ¡Qué buen presagio! O eso espero.... aunque yo prefería decir, "primer día del año y yendo a cobrar la primitiva millonaria que haga que me olvide del trabajo."
Y los sueños, sueños son....
Pero aquí estoy, recordando las contraseñas para entrar en los ordenadores laborales, que no es poco.
Y a la hora del almuerzo, compartirlo con dos compañeros y sin embargo, amigos, de esos que hacen que venir a trabajar sea un gustazo.
Me encanta esa gente que te hace sentir bien, que no son parte de tu familia pero lo parecen e incluso lo superan.
Hoy es uno de esos días. Así, de repente, una comida que te gustaría que se expandiera en el tiempo, que no hubiera que volver a trabajar. Y encima, el cuarto invitado es un viejo conocido de la Ribera del Duero....tinto, para más señas.
Qué buenos estos momentos, sobrevenidos o que no están en el planing que nos dejan las editoras. Seguro que todos sabéis de qué hablo.
Vamos, que quiero hacer un guiño a la amistad en este primer día del año, porque me gustaría repetir. Y lo haré, porque creo que algo así es terapéutico. Sin guión, sin caretas, sin papeles, sólo sentarme en un bareto,en compañía de gente que te escucha, que te hace reir, que te hace sentir parte de, que cuando te levantas, medio beoda para volver a casa, te sientes tan bien, que ningún psicólogo lo haría mejor.
Pero esto es todo por hoy. Hay que volver al tajo.