jueves, 12 de marzo de 2015

Señora que tropieza


¡Qué bien sabe ese momento en que termina la labor y lo sellas con un trago! Merecido. Después de turnos eternos, de estreses y de cuentas atrás. 
Da igual dónde, a la vuelta de la esquina, a la puerta de una tiendecilla de barrio, una lata fresquita, un brindis y una bolsa de Doritos. Gran manjar.
Lo llamamos "tropezón", antes de volver al hogar. 
¿Tropezamos?, pregunta uno...
Y ahí estamos, en pleno tropiezo. 
!Qué bien sabe!

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