jueves, 3 de octubre de 2013

Señora que tiene un banco lejano




Las cosas de la banca.... No sé si conoceréis un banco que se hizo muy famoso porque lo llevaba un señor que se llamaba Rato, que tocaba una campanita porque estaba muy alegre cuando oía el tintineo de las monedas alrededor. Pues ese. 
El banco luego resultó que en el saco donde metían los dineros debía tener un agujero... ¿ratas? ¿quién sabe? El caso es que se empobreció mucho, mucho y el señor de la campanita dejó de tocar, hizo las maletas y como no oía el alegre tintineo monetario se fue. 
El banco tuvo que ser rescatado con una gran suma y el saco volvió a estar lleno aunque ignoro si alguien remendó el agujero o por lo menos se fumigó. Por si las ratas....
Aún así y aprovechando el momento complicado, los bankieros decidieron cerrar sucursales, y no una ni dos, sino cienes. Y una de ellas fue la mía. 
Me mandaron una cartita en la que decían que corriera rauda y veloz a informarme. Y eso he hecho, con la sorpresa de descubrir que en vez de pasar mi cuenta a la ciudad donde vivo me la trasladan a Jerez. 
- ¿Y eso? - pregunto cariacontecida....
- Es que ha sido por sorteo.
- Pero si yo vivo en Cádiz y hay oficinas en Cádiz
- Es que ha sido por sorteo y le ha tocado en Jerez
- Pero si yo nunca voy a Jerez
- Pero puede llamar por teléfono.
Ah, vale. Ya me quedo yo más tranquila. ¿A quién se le ocurre pensar que una quiera tener su banco cerca pudiendo tenerlo a unos kilómetros? Hay que utilizar la cabeza y pensar en la comodidad del cliente. Hombre, por favor....¿Para qué hacer un trabajo de ubicación lógica de la clientela, pudiendo meter unas bolas en el bombo, darle vueltas y vociferar “el sieteeeee”? 
Suena como a premio de la ONCE.
Sólo falta el de la campana....

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