domingo, 20 de noviembre de 2016

Señora que le cuesta


Día 21 y lunes
Cada día cuesta más madrugar. 
Mi querencia a la cama crece proporcionalmente al nivel de sonido que hace el viento en mi ventana. Hoy el Poniente es de película de miedo. 
Tengo turno de mañana, así que a las 7 ya estoy en la calle, viendo restos de paraguas abandonados en las esquinas.
Hoy me quejo de los madrugones que acarrea el turno de mañana.
La semana pasada me quejaba de lo eterno que se me hace el turno de tarde.
Me parece que lo de ir a trabajar no me causa en si mismo gran alboroto. Conclusión que saca una.
Yo soy de familia de prejubilados. Puede que la genética esté ahí avisando...
Pero que sea con todos los honores. Cual político.

No hay comentarios:

Publicar un comentario