miércoles, 1 de febrero de 2017
Señora que cumple años en extraña compañía
Escena trécima. O trece, que no sé ni cómo se dice. Claqueta.
La señora habla con su hermana la de Burgos por teléfono.
Es 31 de enero, y como cada 31 de enero la señora cumple un año más.
Su hermana le desea muchos parabienes.
- ¿Y qué tal va el día? - pregunta la hermana desde Burgos capital.
- Pues nada, he ido a recoger la analítica. Puse el día de hoy la recogida para tener un regalo más, y la doctora me ha regalado unos triglicéridos rebeldes.
- ¡Anda qué bien! ¿Y son muchos?
- Son una tropa. 190, si mal no recuerdo.
- Uy, ¿y tienes que darle de comer a todos? ¿O la manutención entra por la seguridad social?
- Hasta ahora los tenía bien nutridos a base de chocolate y dulzaina, pero la idea es diezmarlos.
- Ay, pobres... Oye, te dejo, pásalo bien y hazte una foto con la tarta y las velas. Y los triglicéridos, pa que los conozca antes del exterminio.
La señora cuelga el zapatófono.
No había pensado en la foto conmemorativa que cuelga en el wasa familiar cada año.
En vez de tarta este año debería buscar algo menos calórico, como un mollete o una empanadilla de Móstoles.
Busca en el cajón de velas de números y encuentra un 3, un 8 y un 4. No hay ni cincos ni seises... maldición. 38,34, 43, 48, 83, 84... no hay combinación ganadora, como en el armario de Marichalar.
La foto tendrá que esperar.
La señora entra en su feisbu. Ve la mensajería.
- Mirad pequeños y efímeros triglicéridos. La gente que hay dentro de mi aipaz me dice cosas bonitas. Me quieren. No como vosotros, malévolos y grasosos bichejos que suspiráis por mis arterias. No lo permitiré.
La señora se marcha a dormir con toda la tropa.
- Espero que por lo menos no ronquéis.
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