Día 16 y martes
El martes más frío del año y mi cubículo es un iglú.
Desde tiempos inmemoriales esta salita presenta unas excelentes condiciones para medir la temperatura exterior sin tener que salir al ídem. Vamos, que trabajar aquí o en la calle como que da igual.
Mañana me traigo mitones, como los pintores bohemios parisinos del siglo XIX que se calentaban con absenta o Fée verte. Un lingotazo no me vendría mal, pero estoy en horas de labor así que me conformaré con un revoltijo de maiz, uvas desecadas y gusanitos maltrechos que sí viene admitido en el convenio laboral como maná de media mañana que apacigua estómagos lastimeros.
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