Día 14 y sábado
Ayer estaba tan cansada que ni escribí.
Pensé en coger la tablet y poner "Señora que no tiene nada que poner", o una foto en blanco. Pero total, tampoco me pagan por esto. Es mi diario, ¿no? pues eso.
Que unos días sí y otros no, porque podría decir que puse una lavadora, vi tres capítulos de una serie y compré cervezas en abundancia para ver el final de la Liga, pero tampoco era una urgencia y ya lo estoy diciendo ahora.
Es sábado, estamos a mitad de mes, ya me han cobrado la hipoteca, la luz, el gas, el agua, el seguro de la casa, la universidad, la comunidad, el gasoil, el seguro de defunción, los tres móviles, la televisión por cable, el telefono fijo, el internet, el parking, el plazo del ordenador del ninio y la cuenta tiene hasta Parkinson.
Es lo que tiene llegar al ecuador mensual, que los señores que cobran se dan prisa, por si se acaba el montante.
Mira que tenemos cosas.
Con lo bien que estaríamos como el abuelo de Heidi, con un par de cabras y una navaja para tallar figuritas de madera. Pero no...
Cada vez necesitamos más comodidades, cada vez nos volvemos más cagones y nos dejamos el sueldo en seguros, y suma y sigue.
Es sábado y luce el sol.
Ya lo pensaré mañana...
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