lunes, 23 de mayo de 2016

Señora que ve a otra señora de rosa



Día 23 y lunes
El inmisericorde móvil emite su melodía vespertina a las 6 o´clock. 
Me levanto bicampeona. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Siiiiiiiiuuuuuuuuuuu!!!!!!!!
Partidazo de los buenos. Eso sí, entre prórroga y celebraciones habré dormido 4 horas.
Somnolienta, me calzo la chamarreta conmemorativa del gran Johan Cruyff, y parto esperando que mis compañeros me hagan pasillo y lancen pétalos de rosa a mi paso.
A tanto no llega la cosa, son poco entusiastas ellos, madridistas la mayoría, pero la Copa ya está en la vitrina que tiene que estar, manque le pese a Manolo Lama y sus cuatreros.
Yo dormí poco, sí, pero hubo quien durmió por mi y por unos cuantos más.
Una señora, con su chaquetita rosa, sacada de alguna película de Almodóvar, se ha hecho famosa por su cara de aburrimiento supino en un partido de infarto. 
Que digo yo, ¿por qué hay que obligar a la chiquilla a ver algo que se nota que le aburre sobremanera? 
Con más sueño que una cesta de gatos, dando tremendas cabezadas mientras Iniesta sorprendía al respetable con sus bailes. Estroncá desde la roja a Mascherano.
Y encima con prórroga...
Yo misma le habría cambiado gustosa mi mullido sofá por su silloncito de palco presidencial para aliviarle la carga. 
Desde aquí te lo digo, señora de rosa, la próxima vez me llamas, me visto como Carmen Maura y damos el cambiazo.
Y tú a lo tuyo, a soñar con los angelitos. 
De nada. A mandar.

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