En casa de mi hermana, la de Burgos, la noche de nochevieja no es noche de lentejuelas ni encajes, de perlas o brillantina. Será una noche de pijamas de franela, de batas de guatiné y de gorros de dormir.
Queremos dar la bienvenida al nuevo año cómodos. Con el calor que da la familia, más aún cuando la hermana del Sur salva las distancias para acercarse a la hermana del Norte.
Sin tacones de aguja. Con zapatillas de pelito, de las de meter.
Atentos al reloj, a las horas que quedan para volver a empezar.
Desde Burgos, frío por fuera y cálido por dentro, os deseamos
¡¡Feliz año nuevo!!
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