miércoles, 15 de junio de 2016

Señora que escucha cosas en el fisio


Día 15 y miércoles
Toca fisio, porque las cervicales intentan amotinarse y hay una zona, concretamente la lumbar en la que también hay disturbios.
Mientras Yolanda, la de manos sanadoras, amansa a las fieras, escucho la conversación de una señora mayor que está en la salita de al lado. 
Una abuela que narra a su terapeuta las vivencias de su nieta de nueve años, acosada literalmente por una "compañera".
 La cría debe ser más buena que el pan, y según cuenta la abuela, le han puesto al lado a una arpía tamaño XS pero de armas tomar.
Se queja la buena mujer de que los maestros tienen ese método, más que cuestionable, de arrimar un cabroncete o cabronceta a un alma cándida, supongo que a ver si se les pega algo. Del alma cándida, of course...
Lo que sucede, la mayoría de las veces, es que el minidemonio hace la vida imposible a su compañero, como es el caso de su nieta, todo ello llevado con estricta ley de silencio, hasta que los padres caigan en la cuenta de que el colegio se ha convertido en la casa del terror.
Creo que es un temor que tenemos todos los padres. Yo a mis hijos les sometía al tercer grado si veía un cambio de actitud repentino o un halo de tristeza así de pronto. 
Y estoy con la abuela en que el método de juntar churras con merinas y sentarse a esperar brotes verdes no es lo más prudente, aunque parezca cómodo para el profe. 
Así no se reeduca a un alevín de hijoputa. 
Luego pasa lo que pasa, que crecen y nos enteramos de su existencia por los videos que cuelgan en youtube liándose a hostias con alguna cría en el metro, o tirándose en plancha para reventar indefensos lechones.
Y llegados a ese punto, ya poco se puede hacer...

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