Cuento de Navidad
Érase que se era, una señora de mediana edad, porque rondaba la cincuentena, que preparaba en la cocina de su humilde morada la cena de Nochebuena.
La señora, mientras cocía langostinos y purgaba almejas para la sopa, pensaba en el guión de sus navidades.
- Puente de la Constitución, poner el árbol y los adornos.
Hecho. A duras penas le encontró un rincón, porque el comedor se quedaba cada vez más pequeño con la acumulación de enseres, debido al retorno al hogar de su hija recién separada y su nieto, y la permanencia de sus otros dos vástagos, que por falta de labor no había forma de que volaran del nido.
- Comprar lotería de Navidad.
Hecho. Un décimo, que la pensión no da para mucho.
Y ¿cómo no? Un año más la señora vio por la tele cómo la gente descorchaba el cava, mientras ella rompía el décimo perdedor.
- Preparar la cena de Nochebuena.
En ello andaba. Como cada año, sopa de marisco de cercanías. No había miedo de toparse en ella con algún percebe, carabinero o centolla.
Un poco de cabrito y turrón del duro y del blando.
Y vino de Rioja del bueno, de a 6 euros la botella.
- Fiesta de Nochevieja y entrada en el nuevo año.
La señora sabía que un año más, su Nochevieja sería una cena frugal, comer las uvas con la familia y quedarse con su nieto mientras sus hijos salían de fiesta.
Se puso a hacer la mayonesa y se dijo a si misma. "Bueno, lo importante es tener salud"
Estornudó... dos veces.
"Mira que si he pillado ese virus que anda rondando...
La verdad, esto de la Navidad, es un cuento".
No hay comentarios:
Publicar un comentario