domingo, 16 de febrero de 2014

Señora que se hidrata


Domingo. Hoy me toca a mi. La primitiva todavía no, que ya miré y no hay forma. Me refiero a labores de restauración de mi cuerpo humano. 
No voy a llamar a Indiana Jones por ser domingo, porque el chaval tiene derecho a su descanso y además en festivo seguro que me cobraba un pastizal. Me restauraré yo misma.
Lo primero ducha con un gel bien aromatizado pero sin que te haga dar alaridos como el de aquel anuncio. Los alaridos en esta vecindad con el vecino orgásmico los fines de semana ya están bien cubiertos.
Me paso media ducha regulando la temperatura y cuando por fin lo consigo ya estoy más que limpita.  
El pelo me lo lavo una vez por semana, y aún así no ha producido ni 100 miligramos de grasa. Más seco que una mojama. Podría estar un mes sin lavarlo antes de tener que desempolvar la almazara.
He comprado una mascarilla que pone que repara el daño de dos meses en dos minutos. Psicológa ella. Pues manos a la obra. 
Lo embadurno bien y remato la faena haciendo una cresta como la del Pájaro Loco. Y ahora a dejar que repare, que tarea tiene.
Mientras me reparan el ático, saco el kit del enfoscado. Tengo potingues de todo tipo. Cada uno con una especialidad. Comenzamos. Me reafirmo los senos, me hidrato los codos, me pongo un anticelulítico en la panza, me exfolio los calcañares y me nutro los pómulos. Ginkana peletera donde las haya.
Ni a la Capilla del Oratorio le prestan un servicio tan completo. 
Remato con un poco de aceite de Tiaré traído expresamente de los mares de la Polinesia, zona sur y me deslizo, nunca mejor dicho, en las pantuflas. Hidratada, aceitada y perfumada. ¿Un poco de líquido de frenos? Ja ja ja....
Pero esta es sólo la primera fase. Queda toda la parte artística de aclarado, secado y corte y confección de peinado. Casi ná....
Parece trabajoso contado así pero no creáis, tiene su puntito, hacerlo sin prisa, dejándote mimar por quien más te quiere. 
Probarlo. Dedicaros una mañanita. Y ya me contáis....


No hay comentarios:

Publicar un comentario