Día 12 y sábado
Voy en busca de patatas y de nuevo el rastro me llama como la luz a Carolain.
Vuelvo a sumergirme entre libros de hojas amarillentas. Un buen rato.
A mi lado una radio añeja de proporciones gigantescas y un poco más allá preciosos platos desconchados con escenas de campo.
Adoro estos ratos. Pillo dos platos azules, grandes, divinos.
La bolsa llena de patatas incomoda un poco así que me dirijo al encargado a pagar y entonces,
levanto la vista y la veo, dentro de una vitrina.
Una menina adorable. Decidido. Tiene que ser mía.
Hoy la búsqueda del tesoro ha sido muy satisfactoria. La llamaré mmmm.... Margarita.
¡Qué original!
Vuelvo a casa con mi botín. Feliz.
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