Día 11 y viernes
Acabo de ver la restauración del castillo de Matrera y me he quedado con toda la cara del Ecce Homo de doña Cecilia.
Es como una base de cartón sobre la que se han pegado las piezas que quedaban del Exin Castillos.
En los medios extranjeros lo califican de disparate.
Hombre, si la normativa dice que la parte restaurada se distinga de la original, el arquitecto ha cumplido. Porque distinguirse se distingue. Y bien.
Tiene su puntito.
Y se puede jugar al frontón.
Pero para mi Cecilia y su Ecce Homo siguen siendo lo más.
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