Día 2 y miércoles
Al igual que esta linda señorita irradio dulzura.
Como os contaba ayer, esta mañana vino el chispero a ver mi calentador.
El hombre, muy serio y profesional se dirigió a la maquinaria y me dijo "abra el agua caliente". Y como siempre pasa, cuando viene el técnico las máquinas se acojonan.
¡Y date! El bicho se pone a funcionar e incluso yo diría que hasta se puso firme, dejándome a mi en evidencia.
Aún así, el señor chispero dudó de ese venirse arriba del aparato y meneando la cabeza le diagnosticó un par de telediarios, no más.
- Si se vuelve a negar no lo dude. Dele un entierro digno.
Y cogiendo su maletín, se sintió magnánimo y me perdonó la multa.
¡Loado sea el Señor!
Efectivamente, a media mañana el aparatejo dijo "hasta aquí llegué".
Ahora viene la parte chunga: el casero.
Ese ser que entiende que un piso de alquiler sólo es para juntar fajos de billetes y cuando tiene muchos, comprar otro piso para alquilarlo y así juntar más fajos de billetes... y así consecutivamente.
Pero de mantenimiento de esos pisos ni le hables... Eso va por cuenta del inquilino que todo lo rompe. Instala cuatro electrodomésticos sacados del rastro RETO o algún lúgubre mercadillo, que expiran antes del año y cuando le llamas te acusa de manazas. "Eso es del uso", es su frase favorita.
Santa Teresa cuando dijo que la paciencia todo lo alcanzaba no conocía a mi casero.
Esta vez desde aquí, atisbo a ver el límite de mi santa paciencia.
Voy afilando el hacha...
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