Día 8 y martes
Nadie mejor que mi linda rubita para desearnos un feliz día, luciendo como sólo ella lucía ya desde el momento de despertar.
Hoy no me enrollo. Es día de celebración, ¿no? pues eso, daros un capricho, un vinito, cuarto y mitad de chocolate, ese vestido de flagüers que miras de refilón al cruzar la calle, un café con tarta con tu amiga del alma, que las celebraciones compartidas son doble fiesta...
No te quedes esperando a ver si alguien se acuerda de tu día.
Mímate. Nadie va a acertar con lo que te gusta mejor que tú.
Luego, si alguien tiene un detalle contigo, cómete a besos a ese alguien.
Pero más vale un "por si acaso" que un "¿quién iba a pensar?"
Yo he decidido que me embadurnen en óleos y ungüentos y alivien mi sufrida espalda. Ahí lo dejo.
¡Felicidades mujeres del mundo!
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