martes, 23 de diciembre de 2014

Señora que hace recuento en el autobús de ida a la labor



Martes 23. Día de resaca lotera. La vida sigue después del batacazo de la desilusión; hasta la lechera del cuento se levantó y fue en busca de la fregona para recoger la leche derramada. Y luego vuelta a ordeñar. 
Yo también me dirijo al ordeño diario. 
7 de la mañana. 10º C. 
Pringaos que suben al bus en mi parada: 3, incluyendo a una servidora. Un señor a lo lejos, en los asientos traseros, que no levanta la vista del móvil y una señora que viste trenka oscura y lleva un bolso raído, una bolsita rosa para compras y botines cómodos de abuela. 



Siguiente parada. Suben chica modelo común, pelo corto y bufanda azul de tricotado casero, y señor de gafas peinado hacia atrás con agua del grifo.
Siguiente. Chico joven pero de alopecia galopante, cazadora husky y mochila deportiva. 
Penúltima parada. Señor con cazadora de guatiné y bolsito moderno y señora con abrigo marrón, pañuelo de leopardo y merceditas. Adorable.
Parada del barrio pijo. Una muchacha común. Nada de camel ni mechas rubias. 
Las pijas al uso, hoy descansan.
Mi parada. Recuento final: 4 hombres y 6 mujeres. Seguimos ganando pero hay Liga.
Prosigo mi camino. El señor que vive en el coche, hoy anda indeciso. Tiene dos pares de botas sobre el capó. Ya no miro al pasar a su lado. Con una vez que lo vi en paños menores fue suficiente. La imagen está ahí, en mi disco duro, pendiente de proceso. Demasiados gigas....

Hoy tengo dentista. Vivaaaa....... 
Afortunadamente hay poca gente. La señora dentista es eficaz y rapidita, olé. Así que en cuestión de minutos estoy fuera, con la boca torcida, la muela alicatada y 52 euros menos en el monedero.
Hay que seguir con los preparativos navideños. La mini extra hace su tímida aparición en la cuenta corriente. Esta vez viene con 3 recortes 3, que si los atrasos de no sé qué o los olvidos de no sé cual, la cosa es meter la tijera.
No se le oxidan, no.....

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